Albisteak

Colaboración con Eneko Viñuela

La alimentación como tantos ámbitos de la vida, se ha transformado en las últimas décadas, nuestros hábitos de consumo, poco tienen que ver con los de nuestras amamas y aitites. En 2019 un alimento antes de llegar a nuestras mesas, recorre de promedio 5000km, esto es, la distancia que existe entre Gernika y Qatar.

Se da la circunstancia que un alimento se puede producir en un continente envasarse en otro y consumirse en un tercero. A este sistema lo denominamos alimentación globalizada, y hoy por hoy es parte de nuestras vidas.

Esta globalización ha provocado que unas pocas multinacionales industrialicen la producción agrícola, acaparen y contaminen muchos recursos naturales. El pequeño campesinado de países empobrecidos, en muchas ocasiones es expulsado a la fuerza de sus tierras para que estas empresas “extranjeras” puedan “desarrollar” su negocio.
Este sistema ha convertido los alimentos en mercancía, convirtiéndolos en activos para la especulación y el negocio. Esas grandes empresas controlan todo el mercado promoviendo con sus estrategias de marketing que un 70% de nuestra dieta este basada en alimentos procesados. La principal causa de esto es que los índices de obesidad y sobrepeso en nuestra población se hayan disparado. (En el País Vasco el 28% de la población infantil tiene problemas de sobrepeso y/o obesidad).

Por todo ello es necesario dar pasos hacia sistemas alimentarios locales, justos y sostenibles. La alimentación no puede ser causa de injusticias, sino que tiene que ser una herramienta para trasformar la sociedad, favorecer la solidaridad y ser garante de la salud. El comedor de Allende Salazar es un paso en ese camino, cambios pequeños para lograr trasformaciones globales.

Como decía mi Amama ¡“con la comida no se juega” !